domingo, 8 de mayo de 2011

Ser Princesa, pero a que costo?


La mayoría de las niñas sueñan con ser princesas Live happily ever after! Enamorarse del perfecto príncipe azul, tener una boda de ensueño, vivir en un lujoso palacio, vestir atuendos de diseñador, ser agasajada adonde sea que vayan.. como reflejan TODOS los cuentos de Disney: "Y vivieron felices por siempre y comieron perdices" Pero lo que estas bellas historias no cuentan es el después de la gran boda.

No bastaba con besar al sapo??
Parece que no, ese no es el único sacrificio que tienen que hacer. Como dice el dicho: "Al que quiere celeste que le cueste. No?

A raíz de la boda real entre William y Kate (de ahora en más princesa Catalina de Gales) me pregunté: Que le es permitido a una princesa y que no?

He aquí, algunos requisitos que tuvo que aceptar Kate Middleton:

No podrá ser llamada Kate ni utilizar otro diminutivo.
No podrá votar ni postularse a un cargo público.
No podrá opinar sobre política ni cuestiones sociales.
No podrá revelar nada de la intimidad en su matrimonio, de hacerlo deberá pagar una abultada multa. (Clausula que no tuvo Lady Di)
No podrá evitar el asedio de los paparazzis.
No podrá tener un empleo común, a pesar de que es la primera princesa con título universitario (Es licenciada en Historia del Arte)
No podrá andar sola por la calle, tendrá seguridad que la acompañe a todas partes.
No podrá comer mariscos (fobia real a la intoxicación)
No podrá jugar al Monopoly (considerado un juego despiadado)
Tendrá que obtener la aprobación del Palacio de Buckingham para cualquier actividad que desee realizar.
Solo podrá contestar su celular a determinadas horas, por mas que la llamada sea de su familia.

Algo que pudo negociar fue el derecho reservado para si y para sus padres de visitas sin limites a sus hijos. En caso contrario sus padres hubieran tenido una cantidad limitada de visitas para ver a su hija y concertar dichas citas con anticipación.

Además, como indica el protocolo:
Para el saludo, la mano y ocasionalmente la genuflexión, solo a los miembros reales de mayor categoría, ni se le ocurra a un político!
Tras el, dirá unas palabras de cortesía en el idioma del huésped y preguntar por su familia.
Al brindar debe mirar al frente, no levantar la copa por encima de la cabeza y tomar de a sorbitos, nada de tragos largos.
Al sentarse lo hará erguida y con las piernas bien juntas, sin cruzarlas.
Durante la cena no debe apoyar los codos sobre el mantel una vez servido el plato.
Deberá terminar su cena, elegantemente rápido si no quiere quedarse con hambre. Ya que el protocolo dicta que cuando la reina termina de comer, todos los platos son retirados de la mesa.

En caso de divorcio, Catalina volverá automáticamente a llamarse Kate, perderá la tenencia de los hijos que hayan engendrado, ni que decir del título y el derecho a residir en cualquiera de las moradas que haya compartido con William.
No podrá reclamar ni un centavo del patrimonio de su esposo, solo recibirá una suma inicial y una pensión que descenderá en caso de que decida volver a casarse. (Como todo contrato prenuncial)
Entre otras cuestiones...

Para terminar, comentarles uno de los tantos negocios que le deben su existencia a esta boda real.


Para satisfacer la demanda creciente de niñas que quieren ser princesas, Jerramy Sage Fine, una americana de 34 años, se ha puesto al frente de una "Escuela de Princesas" donde dicta cursos acelerados a niñas de entre 8 y 11 años!!! Habría que fabricar más príncipes no??

No se ustedes, yo lo pensaría bastante... Cierro citando a Lady Di

"En este matrimonio éramos tres, demasiada gente".

Fuentes: Noticialdia.com; Mujer.com

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