jueves, 15 de octubre de 2009

"¿Una ramera?, ¡Sí!, pero una traidora, ¡Jamás!"


Esta frase le pertenece a Margaretha Geertruida Zelle más conocida como Mata Hari, quién fuera una famosa bailarina exótica, condenada a muerte por espionaje y ejecutada durante la Ira Guerra Mundial.

Mata Hari nació un 7 de agosto de 1876, a los 18 años se casó, luego de intercambiar correspondencia con un militar mucho mayor que ella a quién conoció tras responder al anuncio de un periódico. Juntos tuvieron dos hijos.

Al poco tiempo sufrió la pérdida de su hijo varón, quién fuera envenenado presuntamente en venganza por el trato dado por su marido a un sirviente nativo. Esta muerte provocó que su esposo frecuentara poco el hogar y buscara amparo en la bebida, haciéndola sentir muy sola.

Tras separarse perdió la custodia de su hija debido a su "libertina" vida. Jamás la volvería a ver.

Después de los intentos fallidos de ser modelo de diseñadores en París, aprovechó los rasgos orientales heredados de su madre y se hizo pasar por una supuesta princesa de Java, protagonizando espectáculos de strip-tease. Incluso en 1905 fue la primera mujer que, en un simulacro de arte, se desnudó ante el público.

Tuvo la mala suerte de estar actuando en Berlín cuando estalló la guerra. Y de ser la amante de los militares de todas las nacionalidades que estaban de paso por París. Conducta que los franceses no le perdonarían.

En 1917 fue sometida a juicio en Francia, donde la acusaron de ser una agente doble para Alemania y de haber sido la causa de la muerte de miles de soldados. Fue declarada culpable sin pruebas concluyentes y basadas en hipótesis no probadas.

Hay versiones que dicen que al momento de ser ejecutada por el pelotón de fusilamiento la escuadra tuvo que ser vendada para no sucumbir a sus encantos, sin embargo, lo cierto es que lanzó un beso de despedida a sus ejecutores y abrió su camisa intentando el último strip-tease antes de ser alcanzada por las balas. De los 12 soldados sólo acertaron 4 disparos, uno de ellos en el corazón que le causó la muerte instantánea. El oficial a cargo innecesariamente la ultimó con un disparo de gracia en la sien.

Su cuerpo, que no fue enterrado, se empleó para el aprendizaje de anatomía de los estudiantes de medicina, pero su cabeza, embalsamada, permaneció en el Museo de Criminales de Francia hasta 1958, año en el que fue robada.

¿Quién era entonces: una espía, una mentirosa patológica, una aventurera caída en desgracia, una impostora, una gran seductora y bailarina dispuesta a venderse al mejor postor?

Documentos del servicio secreto británico, coinciden en que no hay ninguna certeza de que la bailarina exótica haya practicado espionaje en favor de la Alemania del Kaiser.

Según dicen sirvió de chivo expiatorio ante la opinión pública por los fracasos de Francia en el frente de guerra, ya que una parte de la opinión pública estaba en contra suya por su vida fácil y licenciosa, en una época de penurias.

Solo era una cortesana deseosa de ser el centro de atención de todas las miradas, que contaba su vida de maneras diferentes según su conveniencia, nadie sabía muy bien quién era ni de dónde salía. Una mujer atrevida, dispuesta a todo para disfrutar de los placeres de la vida, que actuaba con ingenuidad, como si tuviese la seguridad de que sus contactos en la altas esferas la harían intocable, pensando que siempre tendría la ayuda de sus amantes, muchos de ellos altos cargos políticos.

Creadora de su propio mito, Mata Hari, murió un 15 de octubre de 1917 a los 41 años, vestida con sus mejores ropas, maquillada y perfumada, seduciendo hasta en los últimos instantes de vida.

Otra de sus frases célebres que reflejan su obsesión por los uniformes militares:

"Amo a los militares. Los he amado siempre y prefiero ser la amante de un oficial pobre que de un banquero rico"
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